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Orden del Culto para la Ordenación e Instalación de Ancianos(as) y Diáconos o Diaconisas

Las obligaciones eclesiásticas de los(las) ancianos(as) y diáconos o diaconisas han sido estipuladas en el Book of Church Order (BCO), Capítulo 1, Parte I, Artículos 1-6. Éstas se darán a conocer a la congregación antes de la elección de los cargos y éstos se familiarizarán con ello.

El BCO (Capítulo 1, Parte I, Artículo 2, Sección 15) estipula que los nombres de los(las) ancianos(as) y diáconos o diaconisas electos deberán ser dados a conocer a la iglesia durante tres domingos sucesivos antes de su instalación para que la junta de ancianos y ancianas pueda considerar objeciones válidas.

Los(las) ancianos(as) y diáconos o diaconisas podrán ser reelegidos, pero no reordenados. Cuando sean reelegidos se podrá seguir el siguiente orden para su instalación.

Luego del sermón y la oración para la bendición de la Palabra, y como parte de la respuesta a Dios, el(la) ministro(a) que preside dará inicio:

PRESENTACIÓN

Amados en el Señor,
hemos venido para la ordenación e instalación de ancianos(as) y diáconos o diaconisas
en la santa Iglesia de Cristo.
Solo Cristo es la fuente de todo ministerio cristiano,
que a lo largo de los siglos ha llamado a hombres y mujeres para que le sirvan.

Por medio del Espíritu Santo, todos los que han creído y han sido bautizados reciben un ministerio
para testificar de Jesús como Salvador y Señor y
para amar y servir a los que viven y trabajan entre ellos.
Somos embajadores de Cristo,
que reconcilia y restaura.
Somos la sal de la tierra;
somos la luz del mundo.

Luego de la resurrección y ascensión de Cristo,
Dios ha dado a la Iglesia
apóstoles, profetas y maestros,
obras poderosas, dones desanidad,
formas de ayuda y liderazgo.

Pertenecemos a una tradición en la que Dios llama y otorga poderes
a diáconos y diaconisas, ancianos(as) y ministros(as) de la Palabra y los Sacramentos.

El(la) anciano(a) vicepresidente del consistorio invita a los(las) candidatos(as) a que pasen al frente y pronuncia lo siguiente:

Esta congregación ha elegido a las siguientes personas
para ocupar los cargos de diácono o diaconisa y anciano(a):
NN/s (utilizar los nombres completos),
que será ordenado e instalado en el cargo de diácono o diaconisa;
NN/s _____________________________________________,
que será ordenado e instalado en el cargo de anciano(a),
NN/s _____________________________________________,
que será instalado en el cargo de diácono o diaconisa;
y NN/s__________________________________________,
que será instalado en el cargo de anciano(a).

Los(las) candidatos(as) permanecerán de pie; el(la) ministro(a) que preside continuará:

Los diáconos o diaconisas y ancianos(as) han sido llamados para servir tal como Cristo sirvió.
Esperamos que sean personas de
de compromiso espiritual, vida ejemplar,
compasivo y criterio correcto.

Los diáconos o diaconisas han sido apartados para el ministerio de misericordia, servicio y extensión comunitaria.
Ellos se ocupan de recolectar donaciones y ofrendas,
se ocupan de estas responsablemente,
y las distribuyen con criterio y compasión
a personas que tienen necesidades
y para obras que extienden el reino de Dios en la tierra.
Los diáconos o diaconisas visitan y consuelan a los que sufren de angustia,
suplen cualquier necesidad que surja y
ayudan a la congregación en los cultos de adoración.

Los(as) ancianos(as) han sido apartados(as)
para un ministerio de cuidado vigilante y responsable
para el bienestar y el orden de la iglesia.
Tienen la supervisión de todos los miembros,
incluyéndose el uno al otro, los diáconos y diaconisas y los(as) ministros(as),
equipar a todos para vivir en armonía con la Palabra de Dios.
Garantizan que la Palabra de Dios sea proclamada y enseñada correctamente,
y los sacramentos fielmente administrados.
Los ancianos ayudan al ministro o ministros con sus buenos consejos,
y servir a todos los cristianos con consejos, consuelo y aliento.

Los ancianos y los diáconos, junto con el/los ministro/s, forman el consistorio
para guiar al pueblo de Dios en la proclamación de la buena noticia a los pobres,
la justicia a las naciones, y la paz entre todos.
El consistorio se ocupa del bienestar de la iglesia,
la administración de los bienes y las finanzas, y
el beneficio y el crecimiento espiritual de todo el pueblo de Cristo.

Como los tres oficios de diácono, anciano y ministro de la Palabra y Sacramento,
están unidos en Cristo,
así también en la iglesia un oficio no está separado de los otros.
El ministro de la palabra y los sacramentos no sirve sin
el anciano y ninguno sin el diácono.
Juntos hacen posible toda la misión de la iglesia.
Todo en la iglesia se hará decentemente y en orden
cuando las personas fieles son llamadas a un cargo, y cumplen responsablemente con su cometido.

El(la) ministro(a) que preside se dirigirá a los diáconos y diaconisas y ancianos(as) electos(as):

Hermanos y hermanas, en la presencia de Dios Todopoderoso,
y delante de esta congregación,
respondan con sinceridad estas preguntas:

¿Confiesas junto con nosotros y la iglesia
a través de los tiempos
su fe en un solo Dios: ¿Padre, Hijo y Espíritu Santo?

Sí, creo, con todo mi corazón.

El(la) ministro(a) que preside invitará a la congregación a ponerse de pie:

Acompañemos a estos hermanos y hermanas,
confesando nuestra fe con las palabras del Credo de los Apóstoles.

Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra

Creo en Jesucristo, el único Hijo de Dios, nuestro Señor,
que fue concebido por el Espíritu Santo,
nacido de la virgen María,
sufrió bajo Poncio Pilato,
fue crucificado, murió y fue sepultado;
descendió a los muertos.
Al tercer día resucitó;
subió al cielo,
está sentado a la diestra del Padre,
y vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección del cuerpo,
y la vida eterna. Amén.

La congregación tomará asiento; los(las) candidatos(as) seguirán de pie; el(la) ministro(a) que preside se dirigirá a los(as) candidatos(as):

¿Crees en tu corazón que eres llamado por la iglesia de Cristo,
y por lo tanto por Dios, a este cargo?

Sí, creo, con todo mi corazón.

¿Serás diligente cuando estudies las Sagradas Escrituras y cuando uses los medios de la gracia? ¿Orarás por el pueblo de Dios y le mostrarás con tu propia vida cómo vivir santamente y servir fielmente a los demás?

Sí, creo, con todo mi corazón.

¿Serás diligente en tu estudio de la Sagrada Escritura y
en tu uso de los medios de la gracia?
¿Orarás por el pueblo de Dios y
lo guiarás con tu propio ejemplo en el servicio fiel y la vida santa?

Sí, lo haré y pido a Dios que me ayude.

¿Aceptarás el orden y el gobierno de la iglesia,
te someterás a la disciplina eclesiástica
si cometieras alguna falta en la vida o en la doctrina?

Sí, lo haré y pido a Dios que me ayude.

¿Serás leal al testimonio y al trabajo
de la Iglesia Reformada en América
y usarás todas tus habilidades para promover su misión cristiana
aquí y en todo el mundo?

Sí, lo haré y pido a Dios que me ayude.

El(la) ministro(a) que preside se dirigirá a los(las) candidatos(as) al oficio de diácono o diaconisa::

Como diáconos, ¿quieren ser fieles, diligentes y alegres?
manifestar el amor y el cuidado de Cristo,
recoger y distribuir las ofrendas del pueblo de Dios,
visitar y consolar a los afligidos,
atender a los pobres y necesitados, y
¿se esfuerzan por hacer avanzar el reino de justicia y paz de Dios?

Sí, lo haré y pido a Dios que me ayude.

El(la) ministro(a) que preside se dirigirá a los(as) candidatos(as) al oficio de anciano(a):

Como ancianos, ¿quieren ser fieles, diligentes y alegres?
estudiar la Palabra de Dios,
supervisar el hogar de la fe,
fomentar el crecimiento espiritual,
mantener una disciplina amorosa, y
proveer a la proclamación del evangelio y
¿la celebración de los sacramentos?

Sí, lo haré y pido a Dios que me ayude.

LA ORDENACIÓN

Los(las) que serán ordenados(as) se arrodillarán individualmente delante del(de la) ministro(a) que preside para que ore por ellos y les imponga las manos. El consistorio completo podrá unirse a la imposición de manos durante la oración. Cuando todos hayan pasado al frente y estén ubicados en sus lugares, el(la) ministro(a) que preside dirá lo siguiente:

Oremos.
Dios de gracia,
derrama tu Espíritu Santo,
como una suave paloma, un fuego abrazador,
sobre N (use solamente nombres cristianos)
y llenar él/ella de gracia y poder
para este ministerio de anciano(a)/diácono o diaconisa
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando todos los que están próximos a recibir la ordenación hayan recibido las oraciones y la imposición de manos, el(la) ministro(a) que preside continuará de la siguiente manera:

En el nombre del Señor Jesucristo,
la única cabeza de la iglesia,
Declaro que NNs (utilizar los nombres completos)
ha sido ordenado(a) al oficio de diácono o diaconisa y
NNs_________________________
ha sido ordenado(a) al oficio de anciano(a).

INSTALACIÓN

Los(as) ancianos(as) y diáconos o diaconisas de todo el consistorio extenderán la mano derecha en señal de hermandad a los(as) nuevos(as) ancianos(as) y diáconos o diaconisas antes de que retornen a sus asientos. Todos(as) los(as) ancianos(as) y diáconos o diaconisas que están próximos a ser instalados se ubicarán mirando a la congregación. El(la) ministro(a) que preside se dirigirá a ellos:

Ancianos(as) N/s (utilizar nombres de pila),
y diáconos o diaconisas N/s___________________,
sé fiel en el cumplimiento de tus deberes,
magnificad a Aquel que os ha llamado a estos altos y santos oficios,
ser celosos por la iglesia de Cristo,
hospitalario, prudente, recto,
devoto, y autocontrolado.
La bondad del amor,
manteniendo siempre el misterio de la fe.

El(la) ministro(a) que preside se dirigirá a la congregación:

Los miembros de N_________________ Iglesia,
por favor, levántense para afirmar su pacto
con los(as) ancianos(as) y diáconos o diaconisas
que Dios nos ha dado.

Amados en el Señor Jesucristo,
¿reciben ustedes en el nombre del Señor
estos diáconos y ancianos
como servidores de Cristo debidamente elegidos y ordenados?

Lo hacemos.

¿Prometes respetarlos
por el bien de las oficinas
para lo que han sido elegidos y ordenados?

Lo hacemos.

¿Prometes animarles y rezar por ellos?
para trabajar juntos en la obediencia al evangelio
por la unidad, la pureza y la paz de la iglesia,
el bienestar de todo el mundo, y
el honor de nuestro Señor Jesucristo?

Lo hacemos.

Amado pueblo de Dios,
recibir a estos diáconos y ancianos como servidores de Cristo.
Apóyenlos con amor, para que su trabajo dé frutos.
En el nombre y por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo,
Declaro que estos hermanos y hermanas
son diáconos y ancianos debidamente instalados en esta iglesia.

Demos gracias a Dios.

ORACIONES DE INTERCESIÓN CON EL PADRENUESTRO

Dios todopoderoso y de eterno amor,
nos enseñaste a orar
por nosotros y por los demás,
y a dar gracias por toda la vida.

Que toda gracia del ministerio recaiga sobre estos ancianos y diáconos,
mantenerlos fuertes y fieles,
para que tu iglesia prospere en paz.
Concédeles sabiduría, valor, discreción y benevolencia,
para que puedan cumplir con su cargo
para la gloria de Jesucristo.

Concede tu gracia a este pueblo
para que puedan apoyar a estos diáconos y ancianos
con la oración, la cooperación y el estímulo,
para evitar que se cansen de hacer lo correcto.

Inspira a toda tu iglesia
con tu Espíritu de poder, unidad y paz.
Concede que todos los que confían en ti
puedan vivir juntos en amor.

Guía a todas las naciones por el camino de la justicia.
Dirige a los que gobiernan;
que sean justos, que mantengan el orden,
apoyen a los necesitados y defiendan a los oprimidos,
para que el mundo conozca la verdadera paz.

Da gracia a todos los que proclaman el evangelio
a través de la Palabra y el sacramento y las obras de misericordia,
que mediante la enseñanza y el ejemplo
otros pueden llegar a vivir para ti.

Consuela y libera, oh Señor,
a todos los que tienen problemas...
tristeza ... pobreza ... enfermedad ... dolor...
Sánalos en cuerpo, mente, espíritu o circunstancia,
obra en ellos, por tu gracia,
maravillas que sobrepasen sus sueños y esperanzas,
por medio de Jesucristo nuestro Salvador,
que nos enseñó a orar:

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy el pan de cada día.
Perdona nuestros pecados
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación,
y guárdanos del mal.
Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

La congregación podrá intercambiar el saludo de la paz usando las mismas palabras y respuesta o usando otras palabras y actos adecuados.

La paz de Cristo sea contigo.

Y con tu espíritu.

El orden del culto continuará con la ofrenda, un himno y la bendición.

Adorar al Señor

La Liturgia de la Iglesia Reformada en América

Un tesoro de oraciones y un recurso primordial para planificar y dirigir el culto en las congregaciones del ACR.